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zonafantasia

capítulo 4:

 

Todo el bosque parecía lamentarse por la muerte de las sacerdotisas; una a una, habían sido mutiladas y maltratadas por el ejército de lobers; bueno, todas no habían muerto, porque gracias a Kandrek, Elyon había podido zafarse del gran ejército.

Tras haber observado con espanto la muerte de sus compañeras, había salido corriendo, perseguida por el incansable Kandrek. Ellos no entendían nada de ese ataque, ni de donde provenía, pues las sacerdotisas no tenían enemigos naturales.

Kandrek logró atrapar a Elyon, y la obligó a seguirle para espiar y seguir a los lobers

El nuevo rey, estaba observando por la ventana la llegada de su ejército de lobers, con satisfacción observó que todas sus espadas estaban cubiertas de sangre, mucha sangre. Pensando en eso se dispuso a darles la bienvenida.

-¿Matasteis a Kandrek?- preguntó el nuevo rey

- si, mi señor- respondieron a coro los lobers

Tras esta afirmación el rey se tranquilizó y se dispuso a ordenar que prepararan un banquete en honor de su gran ejército, los lobers.

Kandrek no podía creer lo que sus ojos estaban viendo, los lobers se dirigían hacia su castillo. Junto con Elyon se dirigió en la misma dirección, pero ya tramando un importante plan.

-¿Puedes hacernos invisibles?- le preguntó Kandrek a Elyon.

-Si, pero necesitaría unas ciertas plantas.

-bueno, pues regresemos al bosque hasta que estemos preparados.

Tras internarse en el frondoso bosque, Elyon se fue hacia unos matorrales que contenían unos extraños frutos azules. Cogió algunos y, además, hojas de diversas plantas. Tras machacarlos, los mezcló con un  brebaje que tenía en una cantimplora y que después escondió bajo sus mantos. Cuando transcurrió media hora, Elyon vertió la mezcla en un vaso, que seguidamente ofreció a Kandrek. La poción tenía un aspecto verduzco, al que Kandrek miró con repugnancia, y tras beberlo, apuró hasta la última gota. A los cinco minutos, Kandrek comenzó a marearse, lo que le obligó a sentarse, y tras apoyar la cabeza en un árbol, Kandrek comenzó a desaparecer.

  

- ¡Larga vida al rey!- gritaron  la comitiva de lobers

       Tras un gesto del nuevo rey, todos los lobers se callaron; se encontraban en torno a una gran mesa destinada a grandes festines.

- Gracias a todos por vuestra colaboración y debido a mi promesa, me veo en el deber de otorgaros la recompensa, que será una parte del dinero del reino y unas tierras al norte de Jazkilit.- Tras estas palabras, todos los lobers aclamaron al rey. Tras el gran festín todos los lobers estaban ansiosos por acabar la fiesta y acomodarse en sus respectivos dormitorios, pero una sorpresa desagradable les esperaba tras la puerta.

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