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zonafantasia

capítulo 2:

 

Tras la desaparición de Kandrek,  el rey enfermó, provocando un gran revuelo entre la población, porque como nadie sabía el paradero del príncipe, el reino no tenía gobierno. Eso provocó la llegada de numerosos aspirantes al trono.

Kandrek escuchó un sonido tras las ramas que le cerraban el paso. Se agazapó justo a tiempo para no poder ser visto, pues una manada de Györ corrían presas del pánico perseguidas por unas cazadoras. Tras unos días tras los pasos de la muchacha, sólo había podido descubrir de ella, que se llamaba Elyon , y pertenecía a una orden de jóvenes sacerdotisas al servicio de Nituy, la diosa del poder elemental. El príncipe no lograba descubrir la relación entre las sacerdotisas y su doncella, pues en su reino, solamente había un Dios, Kroth. Este poseía el poder de todas las cosas, y en las tierras del reino era mostrado su poder a través de los fresuik. Y su doncella había respetado esta religión e incluso  parecía que la adoraba; el príncipe estaba muy confuso. Tras realizar estas deliberaciones, un ruido a su espalda lo sorprendió y al darse la vuelta, observó, confuso, a  las sacerdotisas observándole con una mezcla de temor y sorpresa.

Al mes de enfermar el rey Jazkilit, murió, no sin antes otorgar el trono a su hijo, y al no estar este presente, se lo apropió temporalmente el fresuik del reino.

 

-¿Quién eres tú?-preguntó una sacerdotisa hermosa a los ojos de kandrek.

-Soy el príncipe de Jazkilit.

-¿Y que te ha traído aquí?- preguntó con descaro otra sacerdotisa

-Averiguar las razones del asesinato de princesa Komey y conocer vuestra relación con ella.

Todas palidecieron bajo sus mantos, o eso le pareció a kandrek. Todos estuvieron un buen rato en un tenso silencio, hasta que la sacerdotisa que había estado en su reino, desenvainó su daga y amenazó con ella al príncipe.

-¿Quien eres?-preguntó desconfiada la sacerdotisa.

-Ya te lo he dicho

-¿Que pretendes siguiéndonos?

-Conseguir la información que os he pedido -respondió con sinceridad el príncipe.

Tras este momento de tensión, la sacerdotisa bajó el arma y ayudó al príncipe a levantarse.

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